¿Primer superconductor a temperatura ambiente?¿Posible?

Ya está aquí: los científicos han informado del descubrimiento del primer superconductor a temperatura ambiente, después de más de un siglo de espera, el hallazgo evoca sueños de tecnologías futuristas que podrían remodelar la electrónica y el transporte. Los superconductores transmiten electricidad sin resistencia, lo que permite que la corriente fluya sin pérdida de energía, pero todos los superconductores descubiertos anteriormente deben enfriarse, muchos de ellos a temperaturas muy bajas, lo que los hace poco prácticos para la mayoría de los usos.

Ahora, los científicos han encontrado el primer superconductor que funciona a temperatura ambiente, al menos en una habitación bastante fría. El material es superconductor a temperaturas por debajo de los 15° Celsius (59° Fahrenheit), sin embargo, los superpoderes superconductores del nuevo material aparecen solo a presiones extremadamente altas, lo que limita su utilidad práctica.

El superconductor fue formado apretando carbono, hidrógeno y azufre entre las puntas de dos diamantes y golpeando el material con luz láser para inducir reacciones químicas. A una presión de unas 2,6 millones de veces la de la atmósfera terrestre y temperaturas por debajo de los 15 °C, la resistencia eléctrica se desvaneció.

Se sabe que los superconductores y los campos magnéticos chocan: los campos magnéticos fuertes inhiben la superconductividad, efectivamente, cuando el material se colocó en un campo magnético, se necesitaron temperaturas más bajas para hacerlo superconductor. El equipo también aplicó un campo magnético oscilante al material y demostró que, cuando el material se convertía en superconductor, expulsaba ese campo magnético de su interior, otra señal de superconductividad.

Los científicos no pudieron determinar la composición exacta del material o cómo se organizan sus átomos, lo que dificulta explicar cómo puede ser superconductor a temperaturas tan relativamente altas.  Cuando se descubrió la superconductividad en 1911, sólo se encontró a temperaturas cercanas al cero absoluto (−273,15 °C), pero desde entonces, los investigadores han descubierto constantemente materiales superconductores a temperaturas más altas. En los últimos años, los científicos han acelerado ese progreso centrándose en materiales ricos en hidrógeno a alta presión.

Si un superconductor a temperatura ambiente pudiera usarse a presión atmosférica, podría ahorrar grandes cantidades de energía perdida por la resistencia en la red eléctrica, y podría mejorar las tecnologías actuales, desde máquinas de resonancia magnética hasta computadoras cuánticas y trenes de levitación magnética. Hasta ahora, los científicos han creado solo pequeñas motas del material a alta presión, por lo que las aplicaciones prácticas aún están muy lejos.

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