Un combustible es un material que tiene la capacidad de liberar energía en forma de calor, al pasar por un proceso exhaustivo de oxidación, los combustibles liberan energía porque, al romperse los enlaces químicos de sus moléculas, la energía que sostenía esos enlaces queda libre. Esta energía se denomina energía de enlace y es una energía potencial, es decir que afecta a un objeto por fuera de la propia molécula; en el momento en que esa energía es liberada, en el caso de los combustibles se convierte en calor.
Esta energía térmica (calor) puede utilizarse de diversas formas: Directamente como calor (energía térmica), esto es lo que ocurre por ejemplo cuando utilizamos leña (combustible) para encender una fogata. Convirtiéndola en movimiento (energía mecánica), los motores son dispositivos que permiten utilizar la energía liberada por los combustibles para mover diversos objetos. Por ejemplo cuando utilizamos gasolina (combustible) que a través del motor puede mover un automóvil, sin embargo, no toda la energía es utilizada y la combustión siempre produce energía térmica (calor).



Entonces los combustibles alternativos son aquellos carburantes que fueron diseñados para reemplazar a los derivados del petróleo (combustibles fósiles) y a los combustibles nucleares. El petróleo no solo es muy contaminante, sino que también se ha vuelto cada vez más escaso lo cual eleva su precio.
Se cree que los combustibles alternativos son más económicos y menos perjudiciales para el medio ambiente, pero no siempre es así. Por tratarse de carburantes nuevos, en muchos casos aún su desarrollo resulta costoso, además de que resta mucha investigación por delante; la búsqueda de este tipo de combustibles se inició hace más de 150 años, cuando los combustibles fósiles comenzaron a reemplazar a la madera.

Se consideran combustibles de este tipo: la electricidad, el hidrógeno, los combustibles sintéticos y parafínicos, y el gas natural, en forma gaseosa de GNC (gas natural comprimido) o en forma licuada de GNL (gas natural licuado), así como también el GLP (gas licuado del petróleo).
En el sector automotriz, el paso a estas fuentes de energía suponen una revolución, ya que pueden contribuir a la descarbonización (o eliminación) de los combustibles fósiles y a mejorar el comportamiento medioambiental del sector del transporte. La razón del incremento del uso de estos combustibles es precisamente esta, cuidar el ambiente, una conducta que se incrementa progresivamente, tal como se puede verificar por la alta demanda actual de carros eléctricos así como la gran cantidad de automóviles ofrecidos por el renting que incluyen automoción con estas tecnologías alternativas.

Los motores de combustión interna que usan combustibles tradicionales y alternativos son una parte integral de la vida en todas las partes del mundo. Se usan casi universalmente en vehículos de motor de todo tipo, en generación de energía y más. Tradicionalmente, los motores de combustión interna funcionan con combustibles líquidos. Estos combustibles se destilan a partir del petróleo, piense en gasolina, diésel, queroseno o aceite de combustible pesado.