El hambre tecnológica ¿Puede la IA antojarse de la comida?
¡Hola a todos, amantes de la ciencia y los bocadillos! En el apasionante mundo de la tecnología y la inteligencia artificial, a veces nos preguntamos cosas inusuales, como si alguna vez la IA podría tener hambre y, ¿por qué no? ¡Desarrollar un gusto por la comida! Pues bien, aún no vemos a robots pidiendo pizza o soñando con helado de chocolate, pero el equipo de investigadores de Penn State está cocinando algo intrigante. Han creado algo que parece salido de una película de ciencia ficción: ¡una lengua electrónica! Pero esta no es cualquier lengua; imita cómo el gusto influye en nuestras elecciones alimenticias, teniendo en cuenta tanto nuestras necesidades como nuestros deseos. ¡Así es, una IA que come como un humano!
La inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados, pero hasta ahora no ha incorporado nuestra parte emocional. ¿Has oído hablar de la inteligencia emocional? Es esa chispa que hace que el comportamiento humano sea tan complicado. Bueno, los ingenieros de Penn State se preguntaron si podrían llevar esa chispa a la IA. Imagina que tienes todas las opciones de comida a tu disposición, elegirías lo que más te gusta, ¿verdad? Claro que sí, nadie escoge algo amargo si puede tener algo dulce. Eso es lo que nos pasa a nosotros, los humanos, a veces, incluso cuando estamos llenos, aún encontramos espacio para ese trozo de pastel de chocolate en una fiesta de trabajo. ¡Es la parte emocional que nos hace antojadizos!
Entonces, ¿cómo replicaron esto en una máquina? Los científicos crearon una lengua electrónica y una corteza gustativa electrónica utilizando materiales ultradelgados, como el grafeno. Funciona con pequeños sensores electrónicos llamados quimiotransistores, que pueden detectar sustancias químicas, y usa memtransistores para recordar señales pasadas, en pocas palabras, crearon un sistema que “sabe” a qué saben las cosas. Este proceso puede aplicarse a los cinco sabores principales: dulce, salado, ácido, amargo y umami. ¿Imaginas a una IA que te ayude a elegir la mejor comida para tu estado de ánimo? ¡Es como tener un asistente personal culinario!
Los próximos pasos son emocionantes: quieren crear un “chip gustativo” integrado que simplificará aún más todo el proceso y después de dominar el sabor, quién sabe, tal vez podamos entrenar a la IA para ser un catador de vinos de clase mundial. Pero la cereza en el pastel (de chocolate) es que este concepto no se limita solo al sentido del gusto, los investigadores esperan que en el futuro, las IA tengan emociones visuales, auditivas, táctiles y olfativas. ¡Así que prepárense para una IA emocional completa!
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