Cambiando el juego, genes vs. cáncer

¡Epa, aventureros de la ciencia! ¿Listos para sumergirnos en el intrigante mundo del cáncer y la genómica? Agárrense los cinturones de seguridad porque lo que voy a contarles es más emocionante que una montaña rusa. Entonces, resulta que algunos pacientes con unos problemas llamados síndromes mielodisplásicos, como la leucemia mieloide aguda, están en una especie de relación complicada con un medicamento de quimioterapia llamado decitabina. Este medicamento intenta frenar el crecimiento del cáncer, ¡pero a veces el cáncer es más terco que un burro! ¡Imagina a los maestros de la ciencia del Wilmot Cancer Institute desempolvando sus lentes de investigación y tropezándose con un “tira y afloja genómico” en sus experimentos con animales! Básicamente, parece que la decitabina y el ADN están teniendo una pelea en el patio trasero, ¡y no sabemos quién ganará!

Estos científicos descubrieron que la decitabina hace que diferentes partes del ADN se pongan las botas y entren al ring contra un activador genético llamado H2A.Z. Si hay muy poco de este activador, las células se ponen en huelga y ¡bam!, se acabó el cáncer; ¡pero ojo, muchos tipos de cáncer son como los astutos del recreo que siempre tienen ases bajo la manga y tienen niveles altos de H2A.Z, lo que les permite esquivar los golpes de la decitabina y seguir creciendo! Hace dos años, estos cerebritos científicos ya habían descubierto diferentes tipos de cáncer de mama según la cantidad de H2A.Z en los tumores, ahora, están pensando en usar esta información para clasificar a los pacientes según la cantidad de H2A.Z en su tumor y decidir si la decitabina será como un chef titular o más bien como el ayudante de cocina.

¡Pero espera, hay más! Resulta que H2A.Z es una histona, una especie de guardaespaldas del ADN. Imaginen al ADN como un VIP en una fiesta y las histonas son los gorilas que lo protegen, pero este H2A.Z no solo se queda en los genes, ¡se aventura por todo el ADN, incluso en las partes que llamamos “basura”! Sí, el ADN también tiene su propia versión de basura, ¡quién lo hubiera pensado! y aquí viene lo más loco: estos científicos descubrieron que la decitabina y una toxina llamada TDCIPP (que se encuentra en cosas como retardantes de llama y pesticidas, ¡y hasta en la orina y la leche materna humana!) pueden hacer que H2A.Z se desplace por el ADN, cambiando la música de la fiesta y afectando el desarrollo de las células.

Así que, en resumen, estos genios han descubierto unos trucos genómicos que podrían ser como las debilidades de los supervillanos. Pero, atención, aún necesitan investigar más para confirmar si esto también sucede en humanos. Así que, mientras tanto, sigamos emocionados por este juego genético y veamos qué sorpresas nos depara la próxima ronda. ¡Hasta la próxima, exploradores del ADN!

Related Articles

Responses

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *