¿Cómo hacer plásticos reciclables a partir de CO2 para frenar el cambio climático?
La necesidad de actuar es urgente, en el 2022 el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, o IPCC, afirmó que el aumento de las temperaturas ya ha causado daños irreversibles al planeta y ha aumentado las muertes y enfermedades humanas, mientras tanto, la cantidad de CO2 emitida sigue aumentando. La Administración de Información Energética de EE. UU. predijo el año pasado que si continúan las políticas actuales y las tendencias de crecimiento, las emisiones globales anuales de CO2 podrían aumentar de alrededor de 34 mil millones de toneladas métricas en 2020 a casi 43 mil millones para 2050.
La captura y el almacenamiento de carbono, o CCS, es una estrategia para mitigar el cambio climático que el IPCC ha señalado durante mucho tiempo que tiene un potencial considerable, una tecnología que ha existido desde la década de 1970, CCS atrapa el CO2 de las chimeneas o del aire ambiente y lo bombea bajo tierra para el secuestro permanente. Pero en lugar de simplemente almacenarlo, el carbono capturado podría usarse para hacer cosas, en el año 2022, por primera vez, el IPCC agregó la captura y utilización de carbono, o CCU, a su lista de opciones para reducir el carbono atmosférico. CCU captura CO2 y lo incorpora a productos que contienen carbono como cemento, turbosina y materias primas para la fabricación de plásticos, todavía en las primeras etapas de desarrollo y comercialización, CCU podría reducir las emisiones anuales de gases de efecto invernadero en 20 mil millones de toneladas en 2050, más de la mitad de las emisiones globales actuales, según estimaciones del IPCC.
El uso de dióxido de carbono en los productos no es nuevo, el CO2 se usa para hacer gaseosas, mantener los alimentos congelados (como hielo seco) y convertir el amoníaco en urea para fertilizantes. Lo nuevo es el enfoque en hacer productos con CO2 como estrategia para frenar el cambio climático. Gran parte de este mercado está impulsado por la adición de CO2 al cemento, que puede mejorar sus propiedades y reducir el carbono atmosférico, y al combustible para aviones, que puede reducir la gran huella de carbono de la industria. La conversión de CO2 en plásticos es un nicho de mercado en la actualidad, pero el campo apunta a combatir dos crisis a la vez: el cambio climático y la contaminación plástica.
Los plásticos son una grave crisis para el medio ambiente, desde el uso de combustibles fósiles hasta su acumulación en vertederos y océanos, pero somos una sociedad adicta al plástico y todo lo que nos da. Crear plásticos de la nada no es fácil, es necesario extraer el CO2, de la atmósfera o de las chimeneas, por ejemplo, utilizando equipos especializados; a menudo, debe comprimirse en forma líquida y transportarse, generalmente a través de tuberías. Finalmente, para cumplir con el objetivo general de reducir la cantidad de carbono en el aire, la reacción química que convierte el CO2 en los componentes básicos de los plásticos debe realizarse con la menor cantidad de energía adicional posible y mantener bajo el uso de energía es un desafío especial cuando se trata de la molécula de dióxido de carbono.
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