El poder oculto de tus ojos: cómo te engañan y distorsionan la realidad

¡Echa un vistazo a este descubrimiento alucinante, chicos y chicas! Resulta que nuestros ojos pueden jugarle trucos a nuestro cerebro y hacer que tengamos ideas equivocadas sobre el tamaño de las cosas a nuestro alrededor. Sí, así como cuando crees que has encontrado el control remoto de la tele, ¡pero en realidad es un paquete de chicles!

Un equipo de cerebritos de la Universidad de York y la Universidad de Aston se pusieron a investigar este tema. Les mostraron a un montón de personas fotos de escenas de trenes a escala real, pero las partes de arriba y abajo de las imágenes estaban borrosas, también les enseñaron fotos de maquetas de trenes en miniatura que no estaban borrosas. Y aquí viene lo interesante: les pidieron a los participantes que compararan las imágenes y decidieran cuál era la escena de tren “de verdad” a gran escala. ¡Y adivinen qué! Los participantes pensaron que los trenes reales borrosos eran más pequeños que los modelos. ¡Increíble!

El Dr. Daniel Baker, el cerebro detrás de esta investigación en la Universidad de York, nos explica: “Para que podamos saber el tamaño real de los objetos que vemos, nuestro sistema visual necesita calcular la distancia a la que están. ¿Cómo lo hace? Pues, a veces tiene en cuenta las partes borrosas de la imagen, como las fotos borrosas que saca tu tía con su cámara; esto involucra un poco de matemáticas complicadas para que nuestro cerebro entienda la escala espacial”.

Pero aquí viene lo divertido: resulta que nuestro cerebro se puede equivocar al estimar el tamaño de los objetos. ¡Los fotógrafos saben de esto! Usan una técnica llamada “miniaturización de cambio de inclinación” para hacer que los objetos de tamaño real parezcan maquetas pequeñas. ¡Y sí, nos engañan a todos! Estos descubrimientos demuestran que nuestro sistema visual es súper flexible, a veces puede captar el tamaño con precisión aprovechando lo que se llama “desenfoque borroso”, pero otras veces se deja influenciar por otras cosas y no entiende el tamaño de los objetos reales.

En resumen, estos cerebritos nos están enseñando cómo funciona nuestra mente y cómo percibimos el mundo que nos rodea. ¡Quién diría que nuestros ojos nos jugarían semejantes trucos! Así que la próxima vez que veas algo y no estés seguro del tamaño, recuerda que tu cerebro podría estar jugándote una mala pasada. Ahora sabes que no siempre puedes confiar en lo que ves. ¡Mente abierta, chicos y chicas!

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