MeerKAT, cazando en la Vía Láctea el misterioso duelo estelar

¡Epa, exploradores del espacio! ¿Qué tal si les cuento la última movida cósmica que ha dejado boquiabiertos a los astrónomos? Resulta que el equipo internacional de astrónomos, armados con el superpoderoso radiotelescopio MeerKAT, ha encontrado algo en la Vía Láctea que es más misterioso que el final de una serie de Netflix. Imaginen esto: un objeto que baila entre ser más pesado que las estrellas de neutrones más enormes y, al mismo tiempo, más liviano que los agujeros negros que pesan menos. ¡Sí, están leyendo bien!

Estamos hablando de un objeto que se balancea alrededor de un púlsar de milisegundos que gira más rápido que mi vecina cuando suena la alarma de su carro por error; este chisme cósmico está ubicado a unos 40,000 años luz de distancia, en un grupo de estrellas tan apretado que es como el vagón del metro en hora pico. El líder del proyecto, Ben Stappers, está más emocionado que un niño en una tienda de juguetes: “¡Chicos, cualquier cosa podría ser la compañera de este púlsar! Podría ser el primer púlsar de radio: agujero negro en una especie de tango cósmico. ¿Cómo te quedas con eso?” 

Cuando una estrella de neutrones se atraganta de más masa, colapsa como mi ánimo los lunes por la mañana. ¿El resultado? Bueno, eso es lo que los astrónomos han estado tratando de descifrar, pueden convertirse en agujeros negros, esos matones gravitacionales que ni la luz se atreve a enfrentar. Ahora, el equipo ha usado el MeerKAT, que es como el Sherlock Holmes de los telescopios, para espiar este objeto cósmico desde su escondite en el cúmulo globular NGC 1851. Piénsenlo como un club estelar donde las estrellas se codean y, en casos extremos, chocan como borrachos en una pista de baile, pero lo que realmente nos tiene de cabeza es que este objeto misterioso podría ser resultado de una colisión épica entre dos estrellas de neutrones. ¡Imagínense la escena! Dos estrellas chocan, se mezclan y terminan formando este nuevo ente masivo que está dando vueltas alrededor del púlsar como si estuviera bailando salsa en el espacio.

Ewan Barr, el cerebro detrás de esta operación cósmica, nos lo explica de manera que hasta tu abuela lo entendería: “Es como poner un cronómetro casi perfecto en órbita alrededor de una estrella a 40,000 años luz y medir el tiempo con precisión de microsegundos. ¿Loco, no?” Este objeto no es una estrella común y corriente, amigos, es un superviviente denso y colapsado, algo así como el Rambo de las estrellas y lo mejor de todo, está en esa brecha de masa de agujeros negros, como una estrella de neutrones con un pase VIP a la fiesta más exclusiva del cosmos. Los astrónomos están como niños en una tienda de dulces, emocionados por lo que este descubrimiento podría revelar sobre las estrellas de neutrones, los agujeros negros y todas esas cosas que acechan en el espacio profundo.

Así que ahí lo tienen, amigos, un descubrimiento cósmico que nos tiene a todos boquiabiertos y con ganas de más. ¡El espacio nunca deja de sorprendernos, y con el MeerKAT en la pista de baile cósmica, quién sabe qué secretos nos revelará la Vía Láctea!

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