¿Como humanos, elegimos grupos particulares de estrellas como constelaciones?

Las estrellas de la Osa Mayor constituyen un centro destacado en el cielo del hemisferio norte, incluso los observadores de estrellas novatas pueden distinguir fácilmente la forma, que forma parte de la constelación de la Osa Mayor. Ahora, los científicos han demostrado que tres factores pueden explicar por qué ciertos grupos de estrellas forman patrones tan reconocibles.

Para replicar cómo los humanos perciben la esfera celeste, un equipo de investigadores consideró cómo el ojo podría viajar aleatoriamente a través de este cielo nocturno; los ojos humanos tienden a moverse en saltos discretos, llamados sacadas, de un punto de interés a otro. El equipo creó una simulación que incorporó la distribución de longitudes de esos movimientos sacádicos, combinada con detalles básicos del cielo nocturno visto desde la Tierra, es decir, las distancias aparentes entre las estrellas vecinas y sus brillos.

La técnica podría reproducir constelaciones individuales, como Dorado, el pez dorado, y cuando se usó para mapear todo el cielo, la simulación generó agrupaciones de estrellas que tendían a alinearse con las 88 constelaciones modernas reconocidas por la Unión Astronómica Internacional.

Antiguos pueblos de diversas culturas conectaban agrupaciones similares de estrellas independientemente unas de otras y esto indica que hay algunos aspectos fundamentales del aprendizaje humano que influyen en la forma en que organizamos la información.

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