¡Grupos de células en el laboratorio formaron espontáneamente ondas cerebrales!

A medida que crecen grupos de células nerviosas del tamaño de una lenteja en una placa de laboratorio, comienzan a emitir señales eléctricas rítmicas, estas oscilaciones comparten algunas características con las que se encuentran en los cerebros de bebés humanos en desarrollo, informan los investigadores. Las esferas tridimensionales de las células del cerebro humano, llamadas organoides cerebrales, son modelos extremadamente simples del cerebro humano, aún así, estos organoides fáciles de obtener pueden ofrecer una mejor manera de estudiar cómo se hace un cerebro y cómo ese proceso puede salir mal.

Para el estudio, los investigadores persuadieron a las células madre para que formaran algunas de las neuronas que forman la capa externa del cerebro. Estos organoides corticales crecieron en platos de laboratorio que contenían conjuntos de electrodos impresos en la parte inferior, lo que permitió a los científicos monitorear la actividad eléctrica a medida que se desarrollaban los organoides.

Después de dos meses, los electrodos comenzaron a captar ondas neuronales, o comportamiento colectivo que proviene de muchas neuronas que disparan señales en parejas. Entre cuatro y seis meses, la actividad eléctrica en las células cultivadas en el laboratorio había alcanzado niveles nunca antes vistos, esas señales sugieren que las neuronas en los organoides habían hecho miles de millones de conexiones. A los nueve meses, los organoides exhibieron actividad eléctrica que se hizo eco de la actividad cerebral de los bebés recién nacidos; los modelos matemáticos sugieren que el organoide está evolucionando de la misma manera que lo haría el cerebro de un bebé humano, alcanzando niveles similares a los de un bebé recién nacido a los nueve meses.

Estos organoides, cada uno aproximadamente un millón de veces más pequeño que un cerebro humano, carecen de la compleja combinación de células que ayudan a dar forma a las ondas neuronales en las personas. Neurólogos están explorando formas de aumentar la complejidad, tal vez agregando más tipos de células o un suministro de sangre y están estimulando los organoides, emitiendo señales similares a las que las neuronas podrían recibir de otras regiones del cerebro o del mundo exterior, fuerzas conocidas por esculpir el cerebro en crecimiento.

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