CAR-T ¿Cura para el cáncer?

El tratamiento experimental era un nuevo tipo de inmunoterapia contra el cáncer. El principio de estas terapias consiste en combatir la habilidad del cáncer para evitar que las células de nuestro sistema inmune las identifiquen como una amenaza y las destruyan. La técnica, conocida como CAR-T (células T con receptores quiméricos para antígenos), consiste en extraer sangre de los pacientes, seleccionar los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que defienden al organismo ante todo tipo de ataques, y rediseñarse en un laboratorio mediante ingeniería genética para que reconozcan a las células tumorales y las aniquilen.

La terapia con CAR-T es una de las más prometedoras de los últimos años para tumores líquidos y ha logrado prolongar la vida de muchos pacientes que no tenían alternativas. En las dos personas estudiadas desde 2010, las células modificadas genéticamente se siguieron reproduciendo y mantuvieron la capacidad de controlar la leucemia. En la mayor parte de los casos, las CAR-T pierden presencia en la sangre con el tiempo o los tumores experimentan mutaciones que les permiten escapar también de estas células quiméricas, se ha observado un fenómeno sorprendente a la labor de los linfocitos CD8, unos asesinos cruciales al inicio del tratamiento para destruir las células tumorales, se unió después la labor de otros linfocitos, los CD4, que tienen una función más de control, y que pudieron ser útiles para controlar la expansión de la enfermedad.

Como el resto de los tratamientos contra el cáncer, los CAR-T tienen efectos secundarios que es necesario controlar. Los síntomas parecidos a los de una gripe están relacionados con la liberación de citoquinas que produce la activación del sistema inmune. Cuando ese proceso se descontrola, como sucede en algunos enfermos de covid, la respuesta inmune puede convertirse en una amenaza para el paciente, para controlar esta reacción se emplean fármacos como el tocilizumab, un anticuerpo monoclonal que también evita complicaciones en las infecciones graves de coronavirus. Los efectos neurológicos también suponen un riesgo y por eso estas terapias se deben aplicar en hospitales especializados. El margen de mejora y las promesas de esta nueva inmunoterapia son amplios.

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