La pandemia ¿muestra cómo las crisis descarrilan la vida de los adultos jóvenes?

Muchos de nosotros nos descarrilamos en algún momento de nuestras vidas, podemos enfermarnos severamente, divorciarnos, ser despedidos o perder a un ser querido. Nuestra edad cuando ocurre un desastre puede influir profundamente en nuestra respuesta al evento, sugiere la investigación, y los adultos jóvenes son particularmente vulnerables a perder el rumbo, esto se debe en parte a que cuando los cambios de iniciación que marcan la transición de la niñez a la edad adulta se retrasan o se pierden, los adultos jóvenes pueden sentirse desorientados y cada vez más inseguros sobre el futuro, un punto que se destaca por la caída en pico del bienestar durante la pandemia.

Los investigadores no siempre han tratado la edad adulta joven como marcadamente diferente de otros años adultos, pero ahora está bien establecido que el cerebro humano madura hasta los 20 años, y los cambios sociales como económicos en las generaciones recientes significan que el camino que alguna vez fue lineal desde vivir en la casa de los padres hasta mudarse y formar una familia propia se ha alargado y se ha vuelto considerablemente más irregular. La pandemia, en otras palabras, no provocó la crisis de salud mental entre los adultos jóvenes, sino que simplemente aceleró las tendencias existentes.

La pandemia nos ha obligado a preguntarnos: ¿Qué sucede cuando ese ámbito de exploración independiente de las posibilidades de la vida se estanca o incluso se reduce? La evidencia hasta el momento sugiere que las consecuencias para los adultos jóvenes podrían ser terribles. En lugar de madurar, las personalidades de este grupo se han vuelto más juveniles, en general, los menores de 30 años se han vuelto menos concienzudos, menos agradables y más neuróticos. En comparación con los adultos mayores, los adultos jóvenes también informaron niveles más altos de ansiedad, depresión y sentimientos de soledad durante la pandemia.

Las decisiones tomadas durante la edad adulta temprana también pueden tener efectos colaterales profundos. Retrasar temporalmente el ingreso a la universidad al comienzo de la pandemia, por ejemplo, podría convertirse en una decisión permanente, cambiando así radicalmente la trayectoria de la vida de uno. En ese mismo estudio, se descubrió que llevar un diario (hacer que las personas escriban una narración que une su pasado y su presente) puede ayudarlos a recuperar ese sentido de continuidad y reestablecer metas para el futuro. Otra investigación sugiere que adoptar una mentalidad asiática oriental más flexible podría ayudar a las personas a sobrellevar una vida que se desvía del curso.

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