Puedes creer, ¡Generamos jabón en nuestro cuerpo de manera natural!

Cuando pensamos en nuestras defensas, siempre se nos viene a la cabeza el sistema inmune, y por un buen motivo ya que es nuestra línea de defensa. Pero en mayor o menor medida, todas las células de nuestro cuerpo tienen sistemas para protegerse de las infecciones.

Los investigadores han descubierto que una molécula fabricada en gran parte del cuerpo elimina las bacterias invasoras como un detergente que ataca una mancha de aceite. Este limpiador asesino, la proteína APOL3, frustra las infecciones disolviendo las membranas bacterianas. Científicos probaron la proteína en la bacteria salmonella, causante de intoxicaciones alimentarias, y en otros microbios similares. Dicho estudio ofrece una nueva visión de cómo las células humana se defienden de las infecciones, un proceso llamado inmunidad autónoma de las células.

Cuando se trata de defender el cuerpo humano, las células especializadas del sistema inmunitario actúan como una cuadrilla de guardaespaldas celulares, pero las mismas señales de alarma que movilizan a estas células también pueden activar a los ciudadanos de a pie. Una señal llamada interferón gamma, por ejemplo, aumenta la producción de proteínas en las células no inmunitarias que componen nuestros tejidos y órganos.

Los investigadores infectaron algunas de estas células no inmunes con una cepa de salmonella , que invade el interior acuoso de las células. La salmonella pertenece a una clase de bacterias delimitadas por dos membranas, la membrana bacteriana externa actúa como una armadura, protegiendo la membrana bacteriana interna de amenazas como los antibióticos. El equipo descubrió que la señal de alarma del interferón gamma podía impedir que la salmonella se apoderará de las células humanas, pero los investigadores no sabían qué proteínas acudían al rescate, se  analizaron más de 19.000 genes de células humanas en busca de los que pudieran codificar proteínas protectoras.

Este trabajo llevó a los investigadores a descubrir la APOL3, que recibe ayuda de una segunda molécula, la GBP1, y probablemente de otras. Gracias a la microscopía de alta resolución y a otras técnicas, el equipo pudo descifrar el mecanismo: La GBP1 daña la membrana externa de la bacteria, lo que permite el paso de la APOL3 para que pueda romper la membrana interna, el golpe de gracia que mata a la bacteria

Al igual que un detergente para la ropa, APOL3 posee partes que atraen el agua y partes que atraen la grasa. En lugar de eliminar la suciedad de la tela, estos componentes eliminan trozos de la membrana interna de la bacteria, que está compuesta por moléculas grasientas llamadas lípidos.

Así que nuestro cuerpo ya sabía, mucho antes de la pandemia, que para evitar infecciones el jabón es muy útil.

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